miércoles, 31 de agosto de 2011

Una producción cinematográfica mexicana de familias homoparentales; La otra familia.




En marzo de 2011, con una previa campaña de publicidad y marketing se estrenó en cines de todo el país la primera película mexicana con temática de familias homoparentales del director Gustavo Loza: “La otra familia”, que aborda precisamente un proceso en el que se construye una familia alternativa a la de padres heterosexuales biológicos.

La mencionada película narra la historia de un niño (Bruno Loza) que vive en un contexto dificultoso: una madre soltera, drogadicta, con problemas psicológicos y de carácter sumamente violento (Nailea Norvind). A causa de una amiga lesbiana (la actriz Ana Serradilla) y su amistad con una pareja gay (los actores Jorge Salinas y Luis Roberto Gúzman), la amiga lesbiana que tiene un vínculo con la madre, decide extraer al niño de la casa donde vive sin cuidados y con la continua ausencia de su mamá, para llevarlo a la pareja gay que se supone cuidará de él mientras la madre es forzada a entrar en un centro de rehabilitación.

A partir de esta problemática y con una historia paralela a la inseminación artificial de la pareja lesbiana, se genera una trama donde se expresan estigmas en contra de homosexuales especialmente; la supuesta tendencia a la violación, la violencia verbal, problemas legales de adopción, entre otros estereotipos que se adjudican a la población gay. También se presentan temas como la drogadicción, familias disfuncionales, problemas de pareja, inseminación artificial, donadores de esperma, narcotráfico, etcétera.

Es necesario hacer hincapié que tal cual como se mencionó en el análisis de las películas extranjeras, en esta filmación mexicana se reproducen contextos similares, hombres que reproducen su papel de una masculinidad prescrita, pero con rol masculino/femenino, una clase alta con poder económico, altos valores morales tradicionales y fuertes creencias católicas, características físicas reconocidas de una clase alta, una casa sumamente lujosa, entre las particularidades que describen a personas con las que se relaciona el poder económico y cultural en nuestra cultura, teniendo sólo como punto débil y del cual se deriva la exclusión, ser homosexuales.

Para profundizar en la exploración e implicaciones culturales y artísticas de esta cinta en México, recurrí a la lectura de los diarios digitales de la semana en que salió en cines, analizando los comentarios que se generaban en el país a partir de la filmación, que mostraría de alguna manera el impacto a través de los medios de comunicación, en este caso el periódico y el internet exclusivamente, por tanto, extraje declaraciones del director y de los actores principales de forma que se pueda conocer su posicionamiento y razones al filmar la cinta “La otra familia”.

Por un lado nos confrontamos con uno de los problemas que se generaron de esta filmación, la cual no fue apoyada por las instituciones pertinentes a la producción de películas en México. Uno de los periódicos informó: “La cinta, que se estrena este próximo viernes con 350 copias a nivel nacional, nunca pudo ser aceptada para su realización por las instituciones de gobierno, como fueron IMCINE, FIDECINE y FOPROCINE” , por tanto las instituciones culturales que fomentan las producciones artísticas cinematográficas se deslindaron de las posibles críticas de la sociedad al no subvencionar una producción con una temática difícilmente aceptada y bastante polémica, lo que demuestra que ni las mismas instituciones culturales y artísticas que abanderan el discurso de la diversidad cultural, se comprometen seriamente en fomentar el reconocimiento de las diferencias culturales.



Con relación a los participantes, iniciaré con el actor Luis Roberto Gúzman que expuso en relación a su papel: “Lo que quise fue enfocarme a mi lado femenino y eso me obligó a hacer un trabajo físico, vocal y mental” , esta idea llamó mi atención por la relación que se hace de la idea de lo femenino con la homosexualidad, uno de los mitos que se ha construido alrededor de las personas gay, como una generalización del juego de roles masculino/femenino en las relaciones entre personas del mismo sexo.

Otro comentario publicado en las noticas fue del director que aseveró “el filme pretende mover a la gente:



"que dejen de estar anestesiados, dormidos, que despierten, reaccionen, no es una película ofensiva, no tiene un discurso, no existe una bandera, es una propuesta valiente, realista y muy necesaria en este país […] la idea no es crear consensos, lo importante es que estemos haciendo en México cine de este tipo, que invita a la gente a reflexionar y tomar conciencia".



En esta declaración del director es interesante que despolitiza en sentido estricto su producción, ya que explica que no tiene discurso, ni existe una bandera, aún cuando la problemática de la diversidad sexual, matrimonio y adopción por parte de estos tiene un trasfondo netamente político, una historia de activismo, lucha social y un contexto histórico de invisibilización, a pesar de esto, el director afirma que la película tiene en síntesis una propuesta de concientización de la realidad en México. Es una cuestión interesante la despolitización y neutralidad a pesar de lo polémico del tema, pues el actor Jorge Salinas también declaró "Tampoco queremos cambiar de opinión ni apoyar ninguna preferencia ni juicio, simplemente somos actores que verán realizar este guión" , reforzando la idea del director y la supuesta neutralidad del filme.




Otra de las declaraciones del director fue: “No apoyamos ningún movimiento, somos respetuosos, pero tampoco estoy a favor o en contra. Si alguien la toma como bandera, no está en mí, sino que depende de la gente. Mi objetivo es que podamos redefinir el concepto de familias, porque familias hay muchas, puntualizó” Con la declaración del director no se puede dejar de lado la forma en que ha funcionado el arte, ya que el ser pionero en el sistema artístico resulta tener un prestigio y legitimación que se genera de forma posterior a una producción artística, ejemplos tenemos como a Duchamp en su ready made del mingitorio, que después de los debates, críticas, polémicas y altercados en el círculo intelectual artístico se convirtió en un parte aguas en la historia del arte, originando el arte conceptual y las diversas expresiones estéticas contemporáneas, por lo que resultaría ingenuo pensar que no existen intereses por parte del director, actores, etcétera, al realizar una película polémica, despolitizada y sin abanderamiento de ningún discurso. “La otra familia” ciertamente se introduce en un terreno escarpado y difícil tanto en el terreno cultural como en el artístico, pero también evita el compromiso político y social, sin renunciar al económico, al declarar una supuesta neutralidad por parte del director y los actores principales.

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